Fuimos cinco las mujeres que aceptamos la invitación. Yo me quedé más por curiosidad que por afinidad al pensamiento feminista. No quiero que mal interpreten pero dado a que hay libertad de expresión del pensamiento , no me declaro feminista, sino más bien pienso que hombre y mujer somos complemento. No quiero con esto imponer mi opinión, ni espero me impongan la de cada uno de los que leen esto.
Pues bien, la invitación fue realizada por una comunicadora boliviana, que en ese momento era consultora para el proyecto Participación Cívica, se declaraba abiertamente feminista y a favor de la despenalización del aborto, de esas mujeres que utilizan el todas y todos y que para mi aún no me hace gracia eso.
Yo algo asustada por esa forma tan abierta de pensar, pero la curiosidad y mi profesión me exigieron quedarme. Fue una tarde interesante, ella nos presentó estadísticas y testimonios del estudio El aborto, una cuestión no solo de mujeres. Estas mujeres de las áreas de Cochabamba, El Alto, La Paz, Santa Cruz y Sucre respondieron a entrevistas realizadas por esta comunicadora y sus colegas y dieron resultados como que un 17.4 por ciento de las mujeres comienza su vida sexual a los 15 años, en tanto que el 40,2 por ciento tuvo su primera relación sexual entre 16 y 18 años.
Pero lo que más me impactó fueron testimonios de mujeres que habían sido violadas, incluso por sus propias parejas, también dramas donde los mismos esposos las habían obligado a abortar, llevándolas a sitios totalmente inseguros para practicar dicho crimen.
Conocer la violencia a la que estamos expuestas y tal vez no la reconocemos como tal, me dio elementos para ser más prudentes al criticar las acciones de las mujeres que se refugian en estas luchas, que tal vez yo no entiendo.
Mis compañeras y yo compartimos experiencias y testimonios que no solo nos liberó, porque tal vez era la primera vez que la contábamos a alguien, sino también nos dio la fortaleza de no somos las únicas a las que nos ha pasado y buscar algunas soluciones o consejos juntas.
Resumo parte de las experiencias conocidas:
Violación por parte del esposo y cuando ella se da cuenta que está embarazada, enojarse contra esa criatura y pasar mucho tiempo odiándola hasta que el mismo hijo, ya adulto pide explicaciones de porque el trato tan indiferente hacía él.
Relación consensuada con su pareja y cuando este conoce del embarazo, pone en duda la reputación de su novia.
Una pareja que se casa y luego él termina esclavizándola y torturándola, hasta que ella con la ayuda y consejo de una amiga, se escapa junto a sus hijos.
Situaciones totalmente violentas e incluso increíbles de creer, dado a que mi entorno no ha sido tan extremo. Puedo llamarle fortuna, bendición, suerte o de cualquier otra manera, pero no me exime de estar alerta de mi entorno y sobretodo solidarizarme con quienes han sido víctimas del irrespeto por parte de sus parejas.
Fue una reunión muy productiva y fue Sandra Aliaga, la promotora. Hoy que sabemos que está descansando de este mundo material, no me queda nada más que agradecer el haberme invitado a quedarme ese día porque tengo una perspectiva diferente de los problemas que nos aquejan. Gracias Sandra, pues a pesar de haberte conocido escasamente en una semana dejaste mucho conocimiento.
Pues bien, la invitación fue realizada por una comunicadora boliviana, que en ese momento era consultora para el proyecto Participación Cívica, se declaraba abiertamente feminista y a favor de la despenalización del aborto, de esas mujeres que utilizan el todas y todos y que para mi aún no me hace gracia eso.
Yo algo asustada por esa forma tan abierta de pensar, pero la curiosidad y mi profesión me exigieron quedarme. Fue una tarde interesante, ella nos presentó estadísticas y testimonios del estudio El aborto, una cuestión no solo de mujeres. Estas mujeres de las áreas de Cochabamba, El Alto, La Paz, Santa Cruz y Sucre respondieron a entrevistas realizadas por esta comunicadora y sus colegas y dieron resultados como que un 17.4 por ciento de las mujeres comienza su vida sexual a los 15 años, en tanto que el 40,2 por ciento tuvo su primera relación sexual entre 16 y 18 años.
Pero lo que más me impactó fueron testimonios de mujeres que habían sido violadas, incluso por sus propias parejas, también dramas donde los mismos esposos las habían obligado a abortar, llevándolas a sitios totalmente inseguros para practicar dicho crimen.
Conocer la violencia a la que estamos expuestas y tal vez no la reconocemos como tal, me dio elementos para ser más prudentes al criticar las acciones de las mujeres que se refugian en estas luchas, que tal vez yo no entiendo.
Mis compañeras y yo compartimos experiencias y testimonios que no solo nos liberó, porque tal vez era la primera vez que la contábamos a alguien, sino también nos dio la fortaleza de no somos las únicas a las que nos ha pasado y buscar algunas soluciones o consejos juntas.
Resumo parte de las experiencias conocidas:
Violación por parte del esposo y cuando ella se da cuenta que está embarazada, enojarse contra esa criatura y pasar mucho tiempo odiándola hasta que el mismo hijo, ya adulto pide explicaciones de porque el trato tan indiferente hacía él.
Relación consensuada con su pareja y cuando este conoce del embarazo, pone en duda la reputación de su novia.
Una pareja que se casa y luego él termina esclavizándola y torturándola, hasta que ella con la ayuda y consejo de una amiga, se escapa junto a sus hijos.
Situaciones totalmente violentas e incluso increíbles de creer, dado a que mi entorno no ha sido tan extremo. Puedo llamarle fortuna, bendición, suerte o de cualquier otra manera, pero no me exime de estar alerta de mi entorno y sobretodo solidarizarme con quienes han sido víctimas del irrespeto por parte de sus parejas.
Fue una reunión muy productiva y fue Sandra Aliaga, la promotora. Hoy que sabemos que está descansando de este mundo material, no me queda nada más que agradecer el haberme invitado a quedarme ese día porque tengo una perspectiva diferente de los problemas que nos aquejan. Gracias Sandra, pues a pesar de haberte conocido escasamente en una semana dejaste mucho conocimiento.
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